Lo que se entiende por documento, no se limita a la consulta de archivos enmohecidos o a la mera revisión de prensa, sin desconocer la gran importancia de estos. Entre estas fuentes también se incluye, la pintura, la fotografía, la caricatura, iconografía y la cartografía.

 

La búsqueda y el manejo de las fuentes documentales permiten recolectar información en torno a procesos y cambios tanto de carácter coyuntural como histórico. Sin embargo, es necesario tener en cuenta y de un modo permanente, la necesidad de tener una base crítica que permita un acercamiento preciso y claro al documento. De manera que sin un conocimiento mínimo de las preguntas que se le pueden hacer al documento, se presentarían grandes dificultades para interpretarlo. Y es este elemento, el de la pregunta, el que de forma didáctica nos podría aclarar aún más el panorama, ya que el tener una o varias de estas en mente nos permite un mejor aprovechamiento del documento. Es la pregunta o preguntas que se estructuran a través de nuestro conocimiento previo sobre nuestro objeto de estudio. Aunque también ocurre el ejercicio exploratorio, en el que nos acercamos simplemente a tratar de encontrar alguna especie de tesoro escondido, lo que comporta de todas maneras, el que ya sepamos que lo que encontramos es valioso, ya que, siguiendo la metáfora, el oro brilla a simple vista y todos lo conocen, pero la riqueza de un documento sólo puede ser valorada por aquellos que tienen un conocimiento al menos básico sobre el tema que se presenta frente a ellos, con los indicios que presenta, los signos, toda una serie de datos que va tejiendo el conjunto de datos en el proceso investigativo.